El liderazgo es la capacidad de influencia que tienen ciertas personas para conseguir que un grupo de personas persigan un objetivo común y una misma filosofía de trabajo. Se trata de una cualidad que algunos poseen de forma natural y otros aprenden con esfuerzo y dedicación. Los grandes líderes se preocupan de estar siempre aprendiendo para mejorar su maestría, de lo que deducimos que es un proceso de aprendizaje que lleva toda una vida.
Si nos paramos a pensar, el ser humano siempre ha necesitado referentes para desempeñar su trabajo. Basta con consultar manuales de la antigüedad clásica, período en el que ya los griegos y romanos reconocían las capacidades influyentes de ciertas personas, capacidad que ellos mismos denominaban “carisma”.
La figura del líder se hace aún más imprescindible con la llegada de la Revolución Industrial. Así, los trabajadores de las fábricas necesitaban un líder que los guiara en aras de un mejor rendimiento.
En el actual escenario macroeconómico, la principal fuente de riqueza de las empresas es su capital humano. El talento, la creatividad, la pasión, la motivación, etc., son cualidades que no pueden copiarse, automatizarse ni tampoco digitalizarse. Para sacar el máximo provecho a esta situación, el líder debe, por un lado, conocerse a sí mismo y, por otro, saber cuál es su verdadero propósito de vida. Solo de esta manera podrá desplegar todo su potencial al servicio del bien común. Así, las claves para lograr un eficaz liderazgo empresarial son las siguientes:
- Flexibilidad. El líder está al cambio e, incluso, se atreve a cuestionar creencias fuertemente arraigadas en su entorno social. Esta cualidad le permite tomar decisiones movidas por la intuición.
- Feedback. La retroalimentación en la comunicación es clave para el crecimiento tanto individual como el de todo el equipo.
- Reconocimiento. El equipo que celebra sus éxitos permanece unido.
En el próximo post, continuamos con las claves para ser un buen líder. ¡No te lo pierdas!